18 abril, 2024

Felices en Colombia

Por: Fernán Martínez Mahecha*. Diciembre de 2008.

Tengo muchos amigos ilustres, nacidos en Colombia y criados en Estados Unidos. Criados de la esposa, criados de los hijos, criados de los cuñados. Criados de todo el mundo.

He visto a muchos ejecutivos colombianos haciendo lo que nunca hacían en Colombia: barrer, trapear, sacar el perrito a hacer pipí, lavar el carro y mercando en Costco donde les sale más barato.

Vendieron todo para irse a vivir a Miami y ahora, más arrepentidos que un tatuado, están vendiendo todo para regresar a Colombia . Y tienen razón: Dicen que para salir con un millón de dólares de Estados Unidos la forma más segura y efectiva es llegar con dos millones de dólares.

La ida a Miami les sirvió para darse cuenta de que en Colombia se vive mejor y que el sueño americano puede ser una pesadilla si no se habla inglés y si no se está dispuesto a arrancar desde el físico suelo. Y además se necesita haber sido criado, pero de verdad, en Estados Unidos.

Ganarse los primeros cinco mil dólares mensuales trabajando en Miami no es nada fácil para un Juan Valdez recién llegado. Aquí no valen palancas ni recomendaciones, ni ser amigo del gerente o del ministro.

Eso de que en Miami todo el mundo habla español y no se necesita hablar inglés es un cuento chino. El que no habla inglés es medio hombre, gana como medio hombre, vive como medio hombre y sufre como un hombre entero. Abogados, administradores de empresas, filósofos y odontólogos tienen que trabajar por horas de Valet Parking, repartidores de pizzas o vendedores de Herbalife para pagar ‘la renta’, echarle combustible al carro y comer. Son los extraditados voluntarios.

Se fueron para Miami a quejarse del clima pegachento, de los resfriados por el aire acondicionado, las distancias, los arriendos caros, los impuestos, la falta de licencia de conducir, las donaciones en los colegios, la indiferencia del vecino, los malos médicos, los odontólogos inseguros, el lujo de las empleadas de servicio, el arrume de cuentas mensuales, la comida que sólo engorda, las áreas de no fumadores, la ausencia de la prima de medio año, la prima de Navidad y las cesantías, las fiestas con guitarra y trencito. Las preguntas con un solo Signo de interrogación, la falta de amigos, los puentes Emiliani. Los reinados de belleza, el campeonato de fútbol, las despedidas de soltero, las fiestas de bodas de tres días, las cabalgatas nocturnas y la tienda de la esquina.

Viven aburridos en Estados Unidos porque los tamales los envuelven en papel de aluminio Reynolds, no hay columpios de vuelo, las empanadas son blandengas, el tomate sabe a pepino, el pepino a papa. La papa a tierra y el pollo a nada, las naranjas no tienen pepas, los bananos son enanos, hay que buscar un cirujano para que ponerse una inyección o vender la casa para pagar una operación, el lulo lo venden en cubitos congelados. Morirse es más caro que vivir y las arepas tienen químicos.

No pueden acostumbrarse a que los sábados y domingos hay que quedarse echados en un sofá, el cura no los conoce, la gerente del banco no les da sobregiro, nadie golpea en la puerta de la casa, el perrito no puede ladrar porque les llaman la policía y por cualquier piropo a una secretaria los pueden demandar por sexual harrasament.

Extrañan en el alma los paseos en moto, las caminatas, la vegetación del Parque del Virrey, las ventas de fritanga, la Plaza Bolívar, las salidas al campo los domingos, los pasajes de ida y vuelta, la misa en español, los tramitadores, los bizcochos de achiras, los cuida carros, los saca perros, el alumbrado de Medellín, el Teatro Colón, las señoras que hacen las uñas a domicilio, los colegios, los ponqués de bautizo, primeras comuniones y matrimonios, las fresas con crema, la ciclovía. La Candelaria, los lustrabotas, los vendedores de lotería, el vivero ambulante, la excursión a San Andrés, las empanadas de pipián. El pesebre del Parque de la 93, los jardines con majestuosas Palmas Reales del Parque del Chicó. El Milagroso de Buga. Los salones del Museo Nacional, las universidades, Rock al Parque. La sombra de los samanes, la Luis Ángel Arango. Los caballos de paso, los vendedores de esmeraldas de la 14. Las tardes en la Sexta de Cali, el futbolito, el Museo del Oro que no se pudieron llevar los españoles, los retratos del abanderado Espinosa, los asados, los valles de Subachoque y Tabio, el amigo que presta los 500.000 pesos del mercado, las parrandas vallenatas, los eucaliptos del Parque Nacional aunque no sean nativos, el queso con bocadillo, los sabios del fútbol con corbata, maquillaje y laca; la señora que coge dobladillos invisibles.

La Luciérnaga, los urapanes. el quesillo del Espinal, el hotel mamá, los vendedores de minutos, el paseo a Panaca con los niños, los tinterillos, el número de la cédula, los silleteros, el fin de año en Cartagena, los tríos de serenateros. Las notarías llenas de sellos, bañarse en San Andrés de Pisimbalá. La complicación para entrar a los edificios, los gimnasios Body Tech. Los manguitos de azúcar, la vuelta a Oriente, las rumbas electrónicas de Cha Cha, el Jueves Santo en Popayán. La Ciudad Perdida, los frailejones de los páramos. el Museo de Arte Moderno, la bañada en el paradisiaco río Guatapuri, el Transmilenio, la plaza de Villa de Leyva donde venden fósiles prehistóricos, las guacamayas. Los edificios de Salmona, los helados de San Jerónimo, las esquiadas en Calima o Prado, la papa criolla, el rafting en San Gil. Las esculturas de la avenida Eldorado, el tejo o tenis cundiboyacense.

La Quinta de Bolívar. Volar ultralivianos en Flandes, los noticieros de las 7, las telenovelas de las 8, las telenovelas de las 9 y las telenovelas de las 10. La Feria de Cali, la bajadita a Girardot, las ensaladas de frutas con queso de la Avenida 19, la Sierra de la Macarena, los cuartos del Casa Medina, los paseos con olla al río Pance, los amaneceres de los llanos orientales, bucear de noche en Gorgona, los atardeceres del valle de Pubenza, bucear de día en Providencia, tomar fotos desde Monserrate. La brisa helada de Santa Marta (el único puerto del Caribe y el trópico con vista a una montaña cubierta de nieve), el Divino Niño, los cañones del río Cauca, el cuchuco de trigo, un partido de la selección Colombia, Barranquilla y los salpicones de la ciclovía. Les hacen falta las montañas, las hamburguesas del Corral, los chorizos de Chopinar, la Colombiana, las chocolatinas Jet, las Saltinas NoeI, Kokoriko, el yogurt de Alpina, la butifarra, los salchichones rellenos de mangostinos que venden en los semáforos, el ajiaco con guasca, las almojábanas de Pan Pa’ Ya donde se hace el ‘mejor pan del mundo’, el pan caliente, los primos, los tíos, los compadres y los calzones y brasieres Leonisa.

En Miami no se come mejor carne que en Balzac, ni pasta más sabrosa que en el Giardino de la 116, ni pollitos mejores que los de la T, ni costillas de cordero gustosas que en la Brasserie, ni traen domicilios tan bien presentados como Di Luca, ni albóndigas tan jugosas como las de Pajares Salinas, ni la sopa campesina de Niko, ni la milanesa de Harrys Bar, ni el esponjado de maracuyá o el merengón de guanábana que venden en Renault 4 rojos en las esquinas de las bodegas, la chuleta del Bochinche, ni los huesitos de marrano de Harry Sasson, ni las marranitas de Meléndez, ni la panadería de Criterión, ni el lomo salteado de Asrid y Gastón, ni mejores ensaladas que las de Crepes and Waffles, ni el sushi de Watakusi ni el sancocho de gallina de Ginebra los domingos en Fulanitos.

Hasta las hamburguesas McDonald’s del centro Andino son mejores que las de Dadeland, las costillitas del Hard Rock del Atlantis son más sabrosas que las de cualquier Hard Rock de Miami y Estados Unidos y el tres leches de Myriam Camhi es tres veces más que el tres leches de Versalles o el de Los Ranchos de Bayside, el restaurante nicaragüense que popularizó la receta. Para más sofisticación habría que hablar del jugo de tamarindo de la Plaza del Reloj, las arepas de huevo de Arhuaco, los chicharrones de la carretera a Bucaramanga, la lechona de San Andresito o la de Carrefour de la 80 se la ingenian para que toda porción salga con un pedacito de cuero bien crocante.

Los que se regresan a Colombia se dan cuenta de que los dólares están baratos, el estrés más escaso, las flores que venden en los semáforos son más que las que venden en las mejores floristerías de Miami y cien veces más baratas, los árboles de los cerros son más verdes, el cielo de la ciudad es más azul, la luna más brillante y los ruidos de los pájaros mucho más variados, el agua de las Islas del Rosario o San Andrés tiene más transparencia y más colores que las de los mares más famosos y más caros y que los domingos son más divertidos.

A Colombia no sólo regresan inmigrantes arrepentidos sino todos los extranjeros que alguna vez les tocó venir por negocios, por chiripa, a un matrimonio o un entierro. Los aviones a Bogotá y Medellín traen miles de pasajeros que no tienen cuartos reservados en hoteles, sino en clínicas y hospitales. Gringos, suramericanos, europeos llegan en busca de salud y belleza.

Tratamientos seguros y baratos existen muchos, de los mejores médicos y esteticistas del mundo. No son pocos los que se van felices de Colombia con tetas nuevas, sin arrugas. Con implantes de pelo, papadas estiradas, dientes blanqueados, muelas de titanio, marcapasos, rodillas biónicas, liposucciones. Diseños de sonrisa, estómagos reducidos. Embriones implantados, cuerpos depilados, narices respingadas. Nalgas levantadas, pelos teñidos, visión 20/20 y penes engordados por citar solo algunas de los cientos de operaciones que son otro de los atractivos turísticos de Colombia igual que las brujas que leen el Tarot.

Los científicos que hacen cartas astrológicas y los chamanes ejecutan cualquier daño o beneficio con sus pócimas sospechosas.

La llegada a Eldorado es un despliegue de paisaje con todos los matices de verdes existentes donde hasta el río Bogotá se ve bonito, los empleados de inmigración DAS son más amables que los de allá y los maleteros de gorro y uniforme color vinotinto son los mismos bigotudos de siempre pero más joviales y agachados.

Regresar a Colombia es un placer como el de encontrarse un viejo amigo.

Tomado de web: www.yocreoencolombia.com

* Este autor payanés, es hoy uno de los empresarios musicales más prestigiosos y respetados del mundo. Entre sus recientes logros está el traer a Paul McCartney a Bogotá  para el concierto más memorable que se tenga historia en Colombia (Estadio El Campín, abril 19 de 2012).

4 comentarios en «Felices en Colombia»

  1. bueno vere que dice mi ciñada y su esposo 🙂 EL perdio su trabajo de 4 millones hace 2 anos, estuvo en uno de 2 millones por 2 años y hace 4 meses lo despacharon, esta sin trabajo. Mi cuñada ganaba 3.3 millones la hecharon se fue a ganar 2.2 el año pasado y al inicio de este año le bajaron el sueldo a 1.6 millones .. a hora buscan visa pa Canada …… increible no? casos de casos je je saludos

  2. Respetado señor Fenan Martinez

    Mi Nombre es Lorena y Leí su artículo esta mañana de camino al trabajo, vivo en Reino Unido desde hace 8 años y decide contactarle por que tengo un par de preguntas y comentarios al respecto:

    He visto a muchos ejecutivos colombianos haciendo lo que nunca hacían en Colombia: barrer, trapear, sacar el perrito a hacer pipí, lavar el carro y mercando en Costco donde les sale más barato. [LL] y desde cuando el trabajo es deshonra señor Fernan?

    Dicen que para salir con un millón de dólares de Estados Unidos la forma más segura y efectiva es llegar con dos millones de dólares.[LL] en que estadística basa Ud. esta información?

    La ida a Miami les sirvió para darse cuenta de que en Colombia se vive mejor y que el sueño americano puede ser una pesadilla si no se habla inglés y si no se está dispuesto a arrancar desde el físico suelo. Y además se necesita haber sido criado, pero de verdad, en Estados Unidos. [LL] estamos de acuerdo hablar ingles en US,UK es vital pero acaso no lo es en todo el mundo? Su articulo sugiere que para logar tener un trabajo digno debe ser criado, “pero de verdad” en estados Unidos. Lo que encuentro confuso y sin fundamentó. Además sugiere conformismo – si tal vez hay que arrancar de cero nuevamente pero esta Ud. viendo el vaso medio lleno o medio vacío? Y lo triste es que la mayoría de gente que leyó este articulo posiblemente piense que Ud. tiene una base para hablar de el tema y a mi no me lo parece, no veo estadísticas en ninguna parte en este articulo y dudo que esto este basado en una experiencia propia.

    Aquí no valen palancas ni recomendaciones, ni ser amigo del gerente o del ministro. [LL] y esta es su idea de oportunidad laboral Justa?

    Se fueron para Miami a quejarse del clima pegachento, de los resfriados por el aire acondicionado, las distancias, los arriendos caros, los impuestos, la falta de licencia de conducir, las donaciones en los colegios, la indiferencia del vecino, los malos médicos, los odontólogos inseguros, el lujo de las empleadas de servicio, el arrume de cuentas mensuales, la comida que sólo engorda, las áreas de no fumadores, la ausencia de la prima de medio año, la prima de Navidad y las cesantías, las fiestas con guitarra y trencito, las preguntas con un solo Signo de interrogación, la falta de amigos, los puentes Emiliani, los reinados de belleza, el campeonato de fútbol, las despedidas de soltero, las fiestas de bodas de tres días, las cabalgatas nocturnas y la tienda de la esquina. [LL] el clima o las primas o mejor los reinados de belleza es esta su idea de el país ideal? Señor Fernán cual es el nivel de desempleo en Colombia actualmente para hablar de primas y cesantías, como si fuese algo a los que la mayoría de colombianos tuvieran acceso a tales beneficios.

    Viven aburridos en Estados Unidos porque los tamales los envuelven en papel de aluminio Reynolds, no hay columpios de vuelo, las empanadas son blandengas, el tomate sabe a pepino, el pepino a papa, la papa a tierra y el pollo a nada, las naranjas no tienen pepas, los bananos son enanos, hay que buscar un cirujano para que ponerse una inyección o vender la casa para pagar una operación, el lulo lo venden en cubitos congelados, morirse es más caro que vivir y las arepas tienen químicos. [LL] la comida muy buen punto, pero noto que olvida Ud. Nombrar que en el extranjero también se tiene la oportunidad de degustar la cocina internacional o es que si una arepa no se puede vivir, la verdad es triste que venda una idea tan corta de aspiraciones atreves de sus artículos.

    Créame podría seguir todo el día pero lamemblemente no tengo mas tiempo, quisiera una vez mas remarcar la responsabilidad que tienen de los periodista y columnistas como Ud, y le pido que la próxima vez que decida escribir sobre los extranjeros que viven fuera de Colombia tenga una visión mas imparcial base su articulo en estadísticas y no olvide mencionar que en Colombia no es todo color de rosa y de eso si que tenemos información.

    Cordialmente
    Lorena Lara

    1. Estimada Lorena.
      Lamentablemente sólo estamos retomando un artículo vinculado desde otra fuente, por lo que tus reflexiones serán compartidas con nuestros lectores, pero no necesariamente leída por su autor.
      Tienes razón en muchísimas cosas, Colombia no es el paraíso y sin embargo estamos dentro de los pueblos más felices del mundo (y esto sí está en estadísticas), lo que implica no tanto nuestra felicidad sino nuestra capacidad de resiliencia (sobreponernos a los problemas y seguir adelante) y en gran medida sobrepuestos por el humor y el humor crítico.
      Gracias por mostrarnos la otra cara de los colombianos en el exterior, que empiezan desde abajo y no fallan en sus deseos y aspiraciones por la nostalgia del «sancocho».
      Un abrazo.
      Comunicaciones Casa del Cauca

  3. Al Señor Fernando Martinez Mahecha, hoy me enviaron sus comentario publicados el 19 de marzo del 2012 acerca de Miami y los Estados Unidos, quiero comentarle que GRACIAS A DIOS llevo en este Pais mas de 30 años, soy Ingeniero de Sistemas y si comence de cero, no saque perros, no trabaje en factorias, nunca consegui trabajo de corbata ni me han pagado porque soy la hija de alguien importante como podra ver hace rato pase los 30 años y sabe me gusta seguir trabajando y siendo util si estuviera alla los de 30 son viejos, los que no tienen apellidos importantes las que no tienen silicona, los que no tienen palanca, los que no son lame botas de algun suertudo etc. etc. no consiguen trabajo.
    Habla de las maravillas del pais y si, existen las conozco casi todas, por lo menos las que nombra en su comunicado, tambien vi atardeceres en el Vichada, viaje por el rio Orinoco y muchas mas cosas, pero dejeme contarle que la gente que se acomoda no consigue, el Colombiano promedio y hablamos de mas del 85 por ciento de las personas no tienen el privilegio de conocer nada de lo que usted menciona, solo consiguen para medio sobre vivir. aqui la vida vale y se respeta, el trafico es ordenado, no hay alcaldes guerrilleros que ridiculizan la imagen de un pais, las personas de la tercera edad viven una buena vida, salen van a la playa en fin donde quieren, no como alla que mueren encerrados en sus casas esto lo digo con conocimiento porque mi abuela una mujer elegante, culta y desenvuelta paso años de su vida encerrada por temor de raponeros y de todo lo que usted sabe mejor que yo porque tiene estadisticas, aqui trabajo pero voy donde quiero, soy libre el cielo lo veo mas azul porque no hay tanta polucion, se ven mas estrellas, las arepas las hacen os colombianos, los bananos me extraña que sean chiquitos y sin sabor los traen de alla si señor de Colombia y Costa Rica, las papas criollas tambien las consigo, el cuchuco etc, etc. dejeme contarle que este no es un pais tercermundista, no se producen muchas cosas por las que hay que pagar y traer ejemplo de Colombia, el cafe Valdez es muy bueno pero el cafe Cubano es exelente, las manzanas de California, la naranja y tomate de la Florida, las papas de Idaho en fin quisiera que supiera tanto de este Pais como sabe del suyo para que no haga comentarios desafortunados, lo unico diferente en mi he perdido la ortografia, nunca fue buena pero ahora es peor por el Ingles pero sabe hablo dos idiomas mas un poco de portugues, tampoco conozco tanta personalidades Ilustres de Colombia o tantos famosos que van a los parques publicos a cantar. Un gusto poder comentar esto con usted y ojala un dia obtenga respuesta de usted directamente, y si, si tengo 2 apellidos que siempre honro por lo que me enseñaron. Un saludo

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